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viernes, 28 de julio de 2017

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

Marmota alpina (Marmota marmota)

La marmota, habitante reciente del Pirineo Tan común se ha hecho la marmota en el Pirineo que a muchos les sorprendería saber que en realidad se trata de un morador reciente de nuestro territorio. Su historia es la siguiente: En tiempos pasados, durante las glaciaciones cuaternarias, el sur de Europa era el hogar de una marmota primitiva (Marmota primigenia), pero al retirarse los hielos dicha especie desapareció y las marmotas quedaron confinadas en dos pequeños núcleos aislados que evolucionaron como dos subespecies de la forma actual Marmota marmota. Uno de ellos se encuentra en los Alpes (Marmota marmota marmota) y otro en los montes Tatra (Marmota marmota latirrostris). Llegados a este punto podemos preguntarnos cómo se las arreglaron las marmotas para alcanzar el Pirineo. La respuesta es sencilla: Con ayuda de los cazadores. En su afán de descargar a los sarrios, codiciados trofeos de caza, de su principal enemigo natural, las águilas reales, introdujeron allá para 1948 animales procedentes de los montes Tatra. En un principio la suelta se produjo en la vertiente francesa, pero rápidamente las marmotas se expandieron por toda la cordillera, siendo una especie frecuente en Aragón a partir de los años 70. Desde entonces las marmotas han colonizado todos los ambientes propicios para ellas, en especial los prados subalpinos de terrenos calizos expuestos al sol. Allí es donde comen plantas, excavan sus madrigueras y se solean en lo alto de grandes bloques de roca. SOCIABLE Y DE HÁBILES MANOS La marmota es un animal muy social y de hábitos diurnos, el mayor roedor de nuestra fauna, miembro de la familia de las ardillas. Como tal, tiene una gran agilidad con las manos. Las delanteras son en especial poderosas y las utiliza para excavar sus madrigueras. La guarida principal de verano tiene gran tamaño y complejidad, compartimentándose en diferentes cámaras destinadas a un uso determinado, como cámaras de cría o letrinas. En el territorio además hay varias madrigueras más pequeñas usadas como refugio ante el menor peligro, siempre alertadas por el peculiar chillido emitido por uno de los miembros del grupo que actúa como vigilante. Casi siempre esta es la primera señal que nos indica la presencia de la especie. Luego es fácil ver algún ejemplar corriendo hacia las bocas de la madriguera, con su típico aspecto robusto y llamativa cola. Acabado el verano las marmotas se retiran a sus refugios de invierno, más grandes y aislados térmicamente. Allí pasaran cerca de cuatro meses, bajando su temperatura corporal hasta los 3ºC y los latidos cardíacos a 5-10 pulsaciones por minuto. Sólo así consiguen ralentizar su metabolismo de tal modo que las reservas acumuladas durante el verano les permitan alcanzar una nueva primavera. Y allí estaremos para volver a buscarlas y disfrutar de sus gritos y andanzas. Como se ve en la foto, las marmotas no siempre excavan madrigueras en el suelo, sino que también pueden aprovechar las oquedades naturales que encuentran en los macizos rocosos, como este ejemplar en el collado de Sahún.

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

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Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

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Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rebeco o Gamuza (Rupicapra rupicapra

Rupicapra pyrenaica El rebeco pirenaico o sarrio (Rupicapra pyrenaica) es un bóvido de la subfamilia Caprinae presente en algunas cadenas montañosas del suroeste de Europa. Estudios genéticos recientes confirman la separación de las dos especies reconocidas, R. pyrenaica y R. rupicapra, aunque esto no es algo que haya sido adoptado aún por toda la comunidad científica internacional por las discrepancias sobre la fecha en que ambas especies divergieron4 (entre 57 000 y 280 000 años). Sin embargo todas las fechas propuestas coinciden con el periodo interglacial del Riss-Würm Descripción Es un bóvido de pequeño tamaño, menor y más esbelto que la cabra montés, Capra pyrenaica. Ambos sexos poseen cuernos, con forma de gancho, siendo los de los machos más gruesos y con el gancho más cerrado. Cabeza y gagarta claras y una mancha oscura que cubre los ojos a modo de antifaz. El color del cuerpo es uniforme, con una línea oscura que recorre longitudinalmente el dorso. Los machos suelen ser algo más pesados que las hembras. Distribución La especie ocupa tres núcleos de población, en las montañas del suroeste de Europa, dos núcleos en la península ibérica, R. p. pyrenaica en los Pirineos y R. p. parva en la cordillera Cantábrica, desde Galicia hasta la sierra de Híjar y R. p. ornata en los Apeninos, en grave peligro de extinción. Subespecies •R. p. ornata (Apeninos) en Italia •R. p. parva (Cordillera Cantábrica) •R. p. pyrenaica (Pirineos) Hábitat Es una especie típica del piso subalpino, que en la mayor parte de las montañas ibéricas fue deforestado para ganar superficie de pastos. Se mueve entre el límite superior de los bosques y los pastos supraforestales, ocupando en verano las máximas altitudes. Prefiere pendientes fuertes y rocosas donde la nieve se acumula poco. Habita entre los 1000 y 2800 metros en los Pirineos, y entre los 400 y 2400 m en la cordillera Cantábrica.

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) 

Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) Una de las imágenes todavía frecuentes en las regiones abiertas o poco arboladas de buena parte de nuestra geografía, es la de una pequeña rapaz que, clavada en un punto del espacio, aletea frenéticamente mientras escudriña el erial, el prado o el barbecho que se abre bajo ella, con la esperanza de lanzarse sobre algún saltamontes o un despistado topillo. Se trata del cernícalo vulgar, una de las rapaces más frecuentes de Europa, que muestra además una extraordinaria capacidad de adaptación a la hora de nidificar o de procurarse alimento. Descripción y Clasificación Orden Falconiformes; familia Falconidae Longitud 31-37 cm. Envergadura 68-78 cm. Identificación Este pequeño falcónido, de larga cola y alas anchas y relativamente apuntadas, presenta un acusado dimorfismo sexual tanto por lo que respecta al tamaño (las hembras son mayores) como en lo relativo a la coloración del plumaje. Los machos adultos poseen el dorso de color rojizo, con manchas negras en cantidad variable, mientras que en las regiones inferiores —finamente punteadas— predominan los tonos crema; la cabeza es grisácea y aparece algo rayada de negro, en tanto que en la cara destacan las mejillas blanquecinas y una marcada bigotera oscura. Las robustas hembras, en cambio, exhiben tonos más homogéneamente pardos, con las regiones dorsales profusamente manchadas, al igual que el pecho y el vientre, ambos de tonos ocráceos; la bigotera, aunque visible, resulta mucho menos evidente que en los machos. Los jóvenes son muy parecidos a las hembras (antes de la muda parcial del invierno), pero poseen bordes pálidos en las plumas de la parte superior del ala, particularmente en las coberteras primarias, así como el pecho más estriado que los adultos. Se cierne a menudo, aleteando activamente para mantenerse suspendido en el aire, mientras otea el terreno a la búsqueda de alguna presa. Canto Emite con frecuencia unos sonoros y agudos gritos, ki kii ki kii o triiii trrriii trrriii, especialmente cuando se siente alarmado o en las cercanías del nido.

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo)

Busardo ratonero (Buteo buteo) Probablemente, la clave del éxito de una de las rapaces más abundantes de Europa sea la absoluta falta de especialización en cualquiera de las facetas de su biología. En efecto, el busardo ratonero es un ave acomodaticia, que puede reproducirse satisfactoriamente en infinidad de hábitats y de climas, que preda sobre un espectro amplísimo de la fauna local y que manifiesta una notable tolerancia hacia el hombre y las modificaciones que este impone en el medio. Descripción y Clasificación Orden Accipitriformes; familia Accipitridae Longitud 46-58 cm. Envergadura 110-132 cm. Identificación Es una rapaz de mediano tamaño, complexión robusta y coloración muy variable, que posee un aspecto bastante rechoncho cuando se la observa posada. En vuelo exhibe unas alas relativamente cortas y muy anchas y una cola no demasiado larga, que frecuentemente despliega en abanico, gracias a lo cual el ave puede practicar durante largo rato un vuelo sostenido que alterna con cernidos ocasionales. Su plumaje presenta numerosas variaciones individuales, por lo que se pueden observar desde individuos muy claros hasta ejemplares bastante oscuros. No obstante, la coloración más típica del adulto es de un tono marronáceo bastante homogéneo en las regiones dorsales y ligeramente más clara en las ventrales, donde aparece una franja pectoral blanquecina de desigual extensión. En vuelo se hacen patentes unas amplias manchas relativamente claras —muy barradas— coincidentes con las rémiges primarias y secundarias en su cara ventral. Las alas muestran el borde posterior recorrido por una banda oscura, al igual que la cola, que puede aparecer variablemente barrada. El joven presenta las partes inferiores de desiguales tonos marrones y las coberteras dorsales con bordes pálidos; además, su cola está finamente barrada, pero carece de la ancha banda terminal propia de los adultos. Visto ventralmente, no se aprecia con nitidez el reborde posterior oscuro de las alas, y tanto estas como el cuerpo dan la sensación de estar más estriados que barrados. Finalmente, a diferencia de los adultos, que poseen el iris de color oscuro, el del joven es bastante claro. Canto En vuelo emite con frecuencia un grito característico parecido a un maullido: piiiii aaaa.